Hace un año, tres de las cuatro encuestas que se publicaron con motivo del Día de Andalucía pronosticaban que el PP-A
ocuparía el Palacio de San Telmo tras las elecciones de marzo, ya fuese con
mayoría absoluta o simple (gracias, en este caso, a la más que probable
abstención de UPyD). Por contra, ninguno de los tres sondeos publicados (Grupo
Joly, El Correo de Andalucía y CEPES) este 28-F ofrece una mayoría suficiente para gobernar a los populares
sino que todos ponen al PSOE-A por delante de estos en intención de voto.
La de El Correo de Andalucía, que es la que tiene mayor muestra (2.000
entrevistados), abre incluso un profundo abismo de 10 puntos entre los
dos partidos mayoritarios.
¿Qué ha cambiado en un año? El
comienzo del vuelco electoral lo cuento en Andalucía, la aldea gala. Para
empezar, la subida del IRPF por parte del Gobierno de Rajoy desmotivó a buena
parte del electorado conservador (que es al que más le afecta este impuesto), hasta
el punto de quedarse en casa el día de los comicios andaluces. Por otro lado, la
reforma laboral movilizó al electorado de izquierdas, que en un
principio parecía que se inclinaba por la abstención. El caso Bárcenas ha
terminado de convencer a buena parte de los electores andaluces que el 25-M se
inclinaron por votar al PP de que ninguno de los dos partidos políticos
mayoritarios queda libre de pecado cuando de corrupción estamos hablando. Y por
si fuera poco, el débil liderazgo de un Zoido empeñado en defender exclusivamente
los intereses de su ciudad aleja a los andaluces de otras
provincias de una opción que empiezan a ver como netamente sevillana.
Ante este panorama, es difícil
que la situación electoral dé otro vuelco en tres años. Que el PP andaluz
consiga gobernar por primera vez en Andalucía pasa por una especie de tormenta
perfecta: la sustitución del alcalde sevillano como líder regional del PP por un
político de orígenes humildes y cuya ideología linde con el centro-izquierda,
como pueda ser el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto; una reactivación de
la economía española que lleve a una caída sustancial del desempleo; y, por
último, que el caso Bárcenas se derrita como la nieve. Es más fácil que el Real
Madrid gane este año la Liga que todo eso se produzca simultáneamente pero,
como hemos visto durante este año, en política todo es posible...
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