martes, 6 de noviembre de 2012

Zoido, a tiempo parcial

Es un blanco fácil. Lo sabe. Y sus adversarios políticos también. Esta vez ha sido el secretario de organización del PSOE andaluz, Mario Jiménez, quien, al hilo de la aprobación de los Presupuestos andaluces de 2013, ha vuelto a poner a la defensiva al presidente del PP-A recordando que no hay oposición en el Parlamento andaluz. Desde luego, si la hay, funciona a tiempo parcial. Como ejemplo, los tres días que Zoido ha tardado en valorar las cuentas autonómicas elaboradas por el Gobierno andaluz. Hasta Javier Arenas (que se le supone en otros menesteres), Esperanza Oña (que no tiene cargo en el partido) y el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Sevilla (que se presta a opinar de los Presupuestos de toda Andalucía) se le han adelantado en esa valoración.

Desde este blog ya se le ha aconsejado varias veces a Zoido que renuncie a la presidencia regional del PP-A para que otro dirigente de su partido pueda desempeñar su tarea como líder de la oposición sin la carga que supone ejercer a tiempo completo la alcaldía de Sevilla. Para disipar sus dudas, que a buen seguro las tiene, el presidente del PP andaluz le basta con mirar al norte, donde Iñigo Urkullu dejará próximamente la presidencia del PNV para ser investido lehendakari. Y es que por razones evidentes, este partido no permite compaginar cargos internos con públicos. Y eso que en el caso de Urkullu ambos cargos tienen el mismo ámbito territorial. No sucede así con Zoido que ejerce en ámbitos territoriales diferentes (Sevilla y Andalucía). Para más inri, el líder del PNV ostenta ambos cargos en una comunidad autónoma donde los índices de desempleo no son elevados. Zoido es el líder de la oposición en una región que tiene el 35% de paro, según la última Encuesta de Población Activa. ¿No es esa suficiente razón para que los temas andaluces sean tratados con un mínimo de tiempo y dedicación?

Probablemente, el líder de los populares andaluces esté atrapado en una lucha interna en el seno del PP entre Cospedal y Arenas por la cual se sienta obligado a permanecer como presidente regional. Sin embargo, sería un error dejarse influir por ese conflicto. Zoido no se debe a Cospedal sino a los sevillanos y a los andaluces. Ahora mismo, el alcalde de Sevilla no es la solución del PP-A, sino el problema. Otra cosa es si pudiera ser un candidato a la presidencia de la Junta con garantías de éxito después de las elecciones municipales, en caso de que revalidase la mayoría absoluta. En ese momento, sí podría ser la solución.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Los primeros presupuestos del bipartito andaluz

De las cuentas autonómicas elaboradas por el Ejecutivo andaluz para el 2013 se pueden extraer dos rápidas conclusiones: por un lado, su voluntad de ofrecer un modelo social diferente al planteado por otras comunidades autónomas y por el mismo Gobierno central; y, por otro, su vocación de consolidar a la actual coalición de gobierno.

A pesar de ser unos presupuestos austeros (recorte del 4,1% respecto al año anterior), llevan un inequívoco sello de izquierdas.  Es decir, la cuentas andaluzas responden al argumento esgrimido por Griñán de que dentro de la austeridad se pueden mantener las políticas de empleo, educación, sanidad y atención a la dependencia. Así, como no podía ser de otra forma en una región que, según la última Encuesta de Población Activa, tiene un 35% de paro, los Presupuestos de 2013 priorizan el empleo (más de 370 millones en esta partida presupuestaria). Pero también hacen un especial esfuerzo en educación (aumento de las becas en un 7% y gratuidad de los libros de texto) y en políticas sociales (incremento de pensiones no contributivas en un 2%). Todo ello a costa de frenar el gasto en inversión pública (que disminuye un 21%). Tanto el presidente de la Junta como la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, justifican esta reducción, por otra parte lógica, en que no sería comprensible que se construyesen “kilómetros de autovías” cuando “hay gente que no tiene para comer”.

Por otro lado, tras los comicios autonómicos de marzo, no estaba claro si Griñán conseguiría formar un gobierno con Izquierda Unida que durase toda la legislatura. A día de hoy, parece que la relación entre los socialistas y la coalición de izquierdas está bien engrasada. Esto se debe en buena parte a la generosidad de los primeros con su socio de gobierno, al que le han permitido incluir en los Presupuestos algunas propuestas estrella como un programa de acción social de 60 millones de euros destinado a desempleados sin recursos y a víctimas de la violencia de género y ligado a los ayuntamientos y un plan de rehabilitación de viviendas dotado de 45 millones de euros. Pero la vocación de permanencia del bipartito lo facilita sobre todo el posibilismo de Izquierda Unida a la hora negociar los presupuestos. La dirección andaluza de la coalición tiene perfectamente interiorizados dos porcentajes: el 85% de los militantes que apoyó en un referéndum formar gobierno con los socialistas andaluces y el 78% de sus votantes que, según la encuesta poselectoral del CIS, prefiere también esa opción. Valderas y su equipo no olvidan tampoco el castigo que su formación sufrió cuando allá por los años 90 obstaculizaron la acción de gobierno de Chaves apartándose así de los deseos de su electorado. Todo parece indicar que el Ejecutivo andaluz tiene más pilas que Duracell.