martes, 16 de octubre de 2012

El dilema de Zoido

El pasado fin de semana tanto El País como El Correo de Andalucía reflejaban en sus páginas el malestar que ha ocasionado en las filas de los populares andaluces la falta de punch de Zoido en su último debate parlamentario con Griñán. Es la guinda que faltaba para que el alcalde sevillano se enfrente de una vez por todas al dilema (que en más de una ocasión seguro que se ha planteado) sobre su renuncia a la presidencia del PP-A. Dos razones, una de tipo personal y otra partidista, avalan la dimisión.

La primera radica en que tanto la alcaldía de Sevilla como la jefatura de la oposición requieren ser desempeñados con la máxima dedicación, algo que Zoido no está en condiciones de realizar al tener que asumirlas de forma simultánea. Esta falta de tiempo perjudica especialmente las posibilidades de que el líder de la oposición repita mandato en la capital de Híspalis tras las próximas elecciones, ya que los ciudadanos, a diferencia de los militantes de su partido, padecen en sus propias carnes que su alcalde no se dedique en cuerpo y alma a sus asuntos.

Y la segunda tiene su fundamento en que la asunción de ambos cargos permite a los socialistas andaluces planificar acciones de desgaste del PP-A, como la de conceder prioridad a los Metro de Granada y de Málaga frente al de Sevilla. El objetivo que se persigue con ello es que Zoido sea percibido en el resto de provincias andaluzas como valedor en exclusiva de los intereses sevillanos. En un escenario como el actual, en el que el PP andaluz necesita arañar votos de todas las circunscripciones andaluzas para conseguir los cinco escaños que necesita para obtener mayoría absoluta, estas acciones son letales para las aspiraciones de los populares de gobernar por primera vez Andalucía. Frente a esta situación, la renuncia de Zoido a la presidencia del PP andaluz permitiría a la persona que resultase elegida como nuevo líder conservador dedicar todo su tiempo a hacer oposición evitando, además, ofrecer bazas electorales a los socialistas andaluces.

Asimismo, si Zoido dimitiese de su cargo de presidente del PP-A podría dedicarse en exclusiva a su labor como alcalde y tendría más posibilidades de revalidar la mayoría absoluta en Sevilla. No es poco en un escenario que se presenta mucho más complicado que el de las pasadas elecciones municipales, en el que la gestión económica del anterior Gobierno central propició que muchos ciudadanos votasen a alcaldes del PP con el único objetivo de castigar a Zapatero.

Finalmente, si las ambiciones de Zoido se lo permiten no debería pasar por alto el hecho de que en caso de que renovase mandato como alcalde sevillano podría presentar su candidatura a la presidencia del Gobierno andaluz subido en la cresta de la ola de su renovada mayoría municipal.

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