domingo, 12 de febrero de 2012

La primera crisis de Rubalcaba





La dimisión de Viera como secretario general del PSOE de Sevilla pone a Rubalcaba ante su primera crisis. Después de su renuncia, el sector griñanista ha aprobado una lista encabezada por el presidente de la Junta y por Susana Díaz que ha obtenido el 91% de los votos de los 79 miembros del "comité provincial" que se han quedado a votar (de un total de 214 miembros).



Independientemente de que se tendrá que constituir una gestora, se ha abierto ahora un debate sobre qué sucede con la lista aprobada en el "comité provincial" por el sector griñanista. Mi teoría (como la de Carmen Hermosín, miembro del Comité Federal de Ética y Garantías) es la siguiente: la dimisión de Viera, presentada a las 10 de la mañana, implica automáticamente la disolución de la Comisión Ejecutiva y el Comité Provincial, por lo que no se considera que se haya celebrado comité provincial alguno. Además, es necesario una reunión previa de la Comisión Ejecutiva para que eleve su propuesta de candidatura al Comité Provincial, otro extremo que tampoco se ha producido. Por tanto, estatutariamente, la lista aprobada por el sector griñanista es inválida.



Parece ser que el puesto que ocuparía Alfonso Rodríguez Gómez de Celis en la lista sevillana es el que ha desencadenado la dimisión de Viera. Los griñanistas querían que ocupase el noveno puesto de la lista, algo inaceptable para los afines a Viera ya que todas las encuestas publicadas hasta la fecha otorgan al PSOE un máximo de ocho escaños por la provincia de Sevilla. Se da el caso de que Rodríguez Gómez de Celis fue interventor de Rubalcaba durante el Congreso de Sevilla, por lo que parece que los griñanistas han pinchado en hueso.



Ahora la respuesta está en el tejado de Rubalcaba que ha tenido que pasar por tres aros: primero, nombrar a Griñán como presidente del PSOE a pesar de que éste se puso de parte de Chacón en el cónclave sevillano; segundo, ver como las listas de "integración" de Griñán de Málaga, Jaén y Córdoba excluían a destacados rubalcabistas como Aguilar, Martín Soler y Dobladez, líderes de los sectores críticos en esas provincias y que inclinaron el voto a favor de Rubalcaba en el Congreso sevillano; y por último, ver como se excluía a Gómez de Celis de los puestos seguros de la lista sevillana.



¿Le temblará el pulso a Rubalcaba a la hora de imponer su jerarquía frente a Griñán? Mi opinión es que no. Desde luego, el rechazo de Griñán a Gómez de Celis le obliga a actuar si no quiere que su autoridad quede en entredicho cuando tan sólo ha pasado una semana desde que tomase posesión del cargo. Veremos.

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